Sin duda, una de las series con más éxito en la historia de la televisión, junto con Twin Peaks, fue Expediente X. Y como, además de dicho éxito, yo experimenté cierta adicción a la misma, la gente de Salvat ha hecho un gran negocio conmigo en esta prolífica época de coleccionables de kiosko 🙂
De esta guisa y recordando los primeros capítulos de la primera temporada, me encuentro con Hielo, el 8º episodio y uno de los mejores de esa temporada, quizá un poco floja si la comparamos con otras temporadas que vendrían después.
El caso es que Mulder y Scully se disponen a investigar un extraño suceso en el círculo polar ártico, donde un grupo de científicos lleva más de un año perforando la capa de hielo de esa zona con el objetivo de encontrar pruebas que ayuden a explicar cómo era la tierra hace 250.000 años. Sin embargo, el grupo termina por matarse entre sí o suicidarse. La razón: descubren un gusano que, introduciéndose en el hipotálamo, elimina a base de amonio la sustancia necesaria para controlar nuestra agresividad.
Al final, todo termina arreglándose, al descubrir que dos gusanos en el mismo cuerpo se destruyen entre sí, pero lo que más me llamó la atención fue la teoría de Mulder: la zona se encuentra en un cráter provocado por la caída de un meteorito, de forma que los gusanos llevan 200.000 años desarrollándose en el hielo. El amonio, principal sustancia donde se desenvuelven los gusanos, es tóxica y no se encuentra en la tierra de la forma en que la encontraron en los cuerpos de los científicos muertos.
En definitiva, vida extraterrestre en forma de larva, que se hace con el control del cuerpo humano en unas horas. Me encanta, lo reconozco 😉
PD. Creo que es la única producción que he conocido donde en los créditos sólo aparecen tres personas: Mulder, Scully y Carter, su creador.